Buenos días querido lector:
este es un relato corto, pero no tanto, he aquí dos folios...hay 26
empecemos:
LA SOMBRA IGNORADA
Silencio.
Soledad.
Oscuridad…
Factores
independientes e inofensivos que si los sumas y los mete dentro de un edificio
podría dar miedo…
A
niños…en circunstancias normales.
A
cualquiera… en estas circunstancias.
Ahí
estábamos… armados, con linternas, pistolas y esposas.
Juntos…
pegados unos a otros.
Pero
estar a medio metro de una persona no significa estar a su lado…
Abismos
de duda y miedo nos separaban leguas…
En
realidad estábamos solos y oliendo a muerte.
Dos
de nosotros yacían muertos.
Uno,
en su mesa de trabajo.
El
otro, en el baño.
Eran
el jefe del centro y su antiguo ayudante.
¿Conocen
la leyenda del fantasma de la ópera?
Entonces
imagínate esa historia trasladada a un centro de investigación en vez de un
teatro. Aquí no hay actores; hay policías, científicos, investigadores,
forenses…
Imagínate
que en vez de en los corredizos o escenarios, salas de interrogatorios o donde
se analizan las pruebas es donde ocurre cosas extrañas… sin explicación, sin
una cara visible…
Imagínate
que el fantasma no canta ni entiende de música… entiende de pruebas y rastros,
de casos difíciles que sólo él resuelve…
Imagínate
que no firma como el fantasma de la ópera sino como la sombra…
No
gira en torno a una historia de amor… sino un misterio que empezó como
enigmático, incluso podía hablarse de un aliado… hasta que empezó a cambiar y
la suerte otorgada se convirtió en infortunio.
¿Lo
tienes?
Si
es así te contaré lo que aquí sucedió y lo que en aquí se quedó.
Por
aquel entonces yo no era más que una joven que acababa de incorporarse como
ayudante de detective y como todos los novatos, con ansias de que se presentase
un gran caso para resolverlo y así triunfar y tener prestigio.
Yo,
ilusionada por ser una detective e ir
detrás de asesinos en serie, como en las series policíacas, y no quedarme en
una aburrida comisaría donde sólo se recogiesen denuncias simples (así lo
consideraba cuando sangre inexperta corría aún por mis venas) hice lo habido y
por haber para acabar destinada en el centro de investigación de mayor fama de
mi región, (mis compañeros también lo intentaron, todos queríamos formar parte
del aquel centro donde ningún caso era
cerrado sin estar resuelto, ningún asesino, secuestrador, traficante o simple
chorizo quedaba libre…) ahora, que han pasado años supongo que me llevé yo el
puesto porque realmente estaba obsesionada.
Ilusa de mí, estaba segurísima de que si al final
acababa destinada ahí y me llevaba la plaza, descubriría el secreto del éxito,
las claves para identificar al culpable, que mis jefes ya experimentados me lo
enseñarían todo y también que mi nombre lo conocerían todos y que los jóvenes,
al igual que yo, estarían deseosos de aprender de mí.
Al
saber que tenía la plaza, di por asegurado una vida emocionante.
Cuán
ingenua era… dicen que la ignorancia es el peor enemigo de uno.
No
sabía cuanta razón tenía ese dicho.
Entré
en mi primer día al edificio y recorrí las mesas del trabajo, no encontré a
nadie, salvo a un hombre con un mono azul cuya cabeza no veía porque estaba
metida en el techo falso arreglando algo.
-Buenos
días- saludé, -¿sabe dónde están mis compañeros?- pregunté.
-Ahora
mismo en la sala donde hablan todos y comparten lo que han averiguado o algo
por el estilo- respondió con tono alegre y sacando la cabeza para señalarme la
dirección.
No
sé como expresarte ahora a ti cuál fue mi emoción al entrar al ver que estaban
en mitad de un caso que había salido hace poco por las noticias. Se trataba de
un hombre que había asesinado a su mujer y a la madre de su mujer y luego se
había dado a la fuga, cosa poco corriente.
-Este
hombre lo hizo a sangre fría y fue premeditado. La causa no fue “pasional” como
suele ser, porque lo hacen empujados en un arrebato durante una pelea o
trámites de divorcio y dejan cantidad de pruebas que lo incriminan o
directamente se suicidan o entregan a la policía. Este sospechoso lo único que
lo incrimina de momento es la fuga, pero las pruebas que tenemos hasta ahora
sólo son que los vecinos oían a menudo disputas y esta tableta de pastillas
vacía- informó un joven policía, pero con un tono de seguridad y seriedad que
me convencieron totalmente que era muy eficiente en su trabajo y que si yo
pudiese elegir un compañero de trabajo, sería él. Me había cautivado su forma
de hablar, (aparte de que físicamente también estaba aprobado, lo admito
perfectamente ahora).
-Julián
¿has encontrado algo acerca de esta tableta de pastillas?- preguntó a un
compañero.
-Busqué
en el piso todos los medicamentos que habían, pero no encontré ninguno que le
faltara ese tipo de tableta o que tuviera una parecida. Sin una pastilla o una
caja con el nombre del medicamento, esa prueba no nos conduce a nada- negó,
advertí que tenía un poco de tripita, así que me figuré de que él no perseguía
mucho a los culpables, con que no satisfacía la avidez que tenía entonces.
-Cuando
hice un lavado de estómago a las dos mujeres no encontré ningún rastro de
pastillas- añadió el forense, un hombre que no daba la impresión de ser el
típico gordito que come delante de los muertos, eso me animó.
-Y
yo no encontré huellas en esa tableta, el asesino debió usar guantes- apuntó
también una mujer rubia que se notaba a lo lejos que se dedicaba por completo
al trabajo.
-Teniendo
en cuenta que no se ven marcas de golpes en ninguno de los cuerpos ni otra causa
de muerte, el medicamento que les obligó a tomar tuvo que ser la causa, debe
ser uno de los que no deja rastros- sugirió el director, el que estaba al mando
del equipo, el que tenía más edad y parecía tener gravado en la frente
“experiencia”. – David, busca una lista de productos o drogas que no dejan
rastro y también indaga en las últimas compras que hizo. Maca, sigue buscando
el paradero del marido y tú también Julián-ordenó.
Todos
se levantaron dispuestos a salir y fue el momento que repararon en mí.
Yo,
que puedo decirte, no era motivo de alegrarse, sin embargo, estaba yo ahí, como
un niño que le ofrecen un caramelo: un caso bueno y difícil, un equipo motivado
y eficaz y yo tendría un papel importante y pronto me uniría a ellos en la
fama…
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