Buenas tardes querido lector:
-Al
principio estábamos un tanto contentos, ganábamos un sueldo y no hacíamos el
trabajo y a esa persona no parecía importarle seguir en el anonimato y no ganar
nada a cambio… Santiago empezó a adquirir fama y a Álvaro, el antiguo ayudante
también le empezó a cogerle el gustito y a echárselas… ahí empezó a enfadarse La
sombra y a imponer su voluntad… Pronto nos convertimos en sus asustadizos
subordinados, no sé como tiene acceso a todo, pero lo tiene…- aseguró con una
sonrisa amarga.
-David,
hay que averiguar quien es- expuse yo. Ahí se que se rió con ganas.
-¿Qué
crees? ¿Qué a ninguno se nos ha ocurrido descubrirle? Que no eres la única que
vino aquí con ganas, lo intentamos todo, pero cada vez que nos quedábamos a
espiar él no venía, no sé como porras lo sabía…-.
-David,
para saber sobre los casos y cuando se quedaban a esperarlo tenía que ser uno
de ustedes- apunté.
-La
cosa es que estábamos todos juntos esperándole- aclaró, ahí me callé.
-Cuando
Álvaro se empezó a pasar la sombra se enfadó y le amenazó de que si seguía así
todos los casos de sus compañeros se resolverían menos los suyos. Él no hizo
caso y los casos seguían apareciendo resueltos, pero cuando iba a arrestar al
culpable descubría que le había preparado una trampa, le pasó tres veces y en
cada una lo intentaba tapar todo para que no lo supiera nadie y siguiera la
fama. Al final se vio obligado a marcharse, la sombra lo expulsó por no
comportarse como él quería…-.
-¿Y
cómo quiere que se comporten?- pregunté.
-Depende
de cada uno, yo por ejemplo, se enfadó hace seis meses porque a pesar de que
había resuelto el caso no quise darlo yo resuelto porque el asesino fue una
niña de seis años que mató a su padre porque maltrataba a su madre. Pero él es
exigente, los quiere todos, absolutamente todos, resueltos… y así con cosas que
van surgiendo. A Santiago le exige que consiga determinados casos que él quiere
descifrar… que eche o incluya a tal persona. Suele escoger a los mejores para
demostrar que él es aún mejor… a veces, por algún motivo, exige dinero o que consigamos
varios billetes al extranjero. Siempre intentamos localizarle pero cuando
averiguamos cual fue su verdadero destino ya es tarde…- siguió contando.
-Vamos,
que también le gusta irse de vacaciones, ¿y mientras él está de vacaciones…?-.
-Nosotros
ya estamos tan absorbidos por él que tenemos que también coger vacaciones al
mismo tiempo. Al principio las malgastamos en perseguirle… ya no-.
-¿Y
supongo que cámaras…?-, se volvió a echar a reír.
-Conoce
mejor que nadie este edificio. Santiago, Maca, Enrique y Julián ya prefieren no
hacer caso, dejar pasar y punto… así no se vuelven locos. Quizá así han sido más inteligentes que yo… llevo tres
años en que me obsesioné intentando descubrirle, no hizo más que reírse de mí…
yo ya estoy cansado y voy a hacer que me eche cuando vea que no quiero encerrar
a un pobre loco infeliz que pensaba que
salvaba a su amigo matándolo… se enfadará y obligará a Santiago que se asegure
de que no trabaje en ningún otro sitio y que acabe dirigiendo el tráfico… ya me
da igual. Ha ganado y he aceptado que es
el más inteligente y el Dios que quiere ser aquí… a veces me pregunto si es
humano o está vivo-.
En
aquellos momentos vi a un joven con el alma vieja y cansada, con ojos
derrotados y resignados.
-No
habré ganado la guerra, pero si esta última batalla. Habrá un caso sin
resolver, una mancha en su condenado expediente intachable y me da igual las
consecuencias- aseguró con firme decisión. –Y tú, Elisa, o lo aceptas y haces
como ellos o te volverás loca como yo, también tienes la opción de marcharte-
me expuso antes de marcharse.
Salí
de la habitación, el resto del equipo me miró y lo supo.
“Ya
estás dentro”.
¿Piensas
que al oír esto dudé?
¿Qué
me entró miedo y recapacité?
Ni
por un momento.
No
me sirvió la experiencia de David, estaba tan ciega que sólo veía que ese era
mi caso, él que estaba destinado a resolverlo yo y me lanzaría al cumplimiento
de mis sueños.
Si,
una persona puede cometer muchos errores
cuando es tozuda e impulsiva.
David
dejó marcharse al vecino y no le comentó nada a los compañeros. Al día
siguiente cuando volví al trabajo no encontré a nadie del equipo en sus mesas,
sólo encontré a la señora de la limpieza regando las plantas.
-Están
todos en el despacho del jefe- me indicó. – Y dígale a su amigo que no lo
enfade, que soy yo la que luego limpia lo que hace- pidió.
-¿Perdón?
¿Qué ha hecho David?- pregunté, -¿qué ensució?-.
-Niña…
su amigo ha enfadado a La sombra y se
expresa dejando mensajes por todas partes- señaló a la sala donde se reúne
todos para hablar.
Entré
un momento y vi como la pizarra, las sillas, mesas y paredes tenían el mismo
mensaje.
“Encierra al vecino del suicida,
David, o Elisa ocupará tu puesto”
Estaba
escrito con letra de imprenta así que comprendí que, efectivamente, era muy
inteligente y ya estaba cansado de David, él único que le plantaba cara y a lo
mejor, sin él saberlo, empezaba a acercarse. Mientras que yo no sería más que
su juguete para demostrarse que era más listo que yo.
Pues
yo también le daría guerra.
Aunque
te suene raro, en eso no me equivoqué.
Fui
al despacho de Santiago, donde se encontraban todos reunidos.
-¿Sabes
dónde está David? Porque la está fastidiando- se quejó Julián.
-Yo
también te deseo buenos días- ironicé. – No, pensaba que había venido-
repliqué.
-Si
esta no se entera de nada- replicó.
-Julián,
vale ya, tú tardaste dos meses en pillarlo- le recordó Maca, irritada.
-Elisa,
el caso es también tuyo y últimamente David ya no lleva bien esto ¿por qué no
lo terminas tú y dejamos que él se marche, que es lo que quiere?- me propuso
Santiago.
-No
exactamente, él quiere terminar el caso como no resuelto- me atreví a
corregirle con cautela.
-Pues
por eso, hay que evitarlo, en serio, no te imaginas de que es capaz esa
“sombra” cuando se enfada- suplicó Maca, nerviosa. –Es que nos tiene a todos
pillados ¿sabes? Y puede arruinarnos- siguió.
-¿En
qué sentidos les tiene pillados?- inquirí.
-Pues
que a estas alturas ya debe saber los trapos sucios o tus secretos del pasado y
los utilizará contra ti si no haces lo que quieres. Todo tiene un precio y una
vez que entras para salir es por la puerta pequeña y tocando fondo- soltó
Julián crispado.
Atentamente,
Elena Rojas
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