Buenos dias querido lector:
He aquí la quinta parte de la sombra ignorada:
-¿Qué
haces?-.
-Fumar
es malo y en establecimientos públicos está prohibido- me limité a contestar.
-Nena,
estamos en la zona de los fumadores-objetó, recuperándolo. Se lo volví a
arrebatar, David se mosqueó.
-Ya sé que no te estaré cayendo bien, te cargas
el muerto de la novata y los casos que no quiere nadie, que encima no te dejo
fumar y que tu jefe piensa quitarte y sustituirte yo si sigues así… y lo último
no sé a lo que se refiere- revelé.
Allí
estaba yo, echando por la borda la posibilidad de que le gustase, pero para una
joven ingenua de principios férreos había prioridades, lo correcto antes que el
beneficio propio.
Se
quedó allí, mirándome indeciso durante un largo rato. Al final yo desistí y
continué con la escasa información.
-Deja
eso, no te estreses, ya se resolverá- habló al cabo de un rato.
-¿Por
qué? ¿Para asegurarte de que no te quite el puesto?- supuse, por aquel entonces
creía, como muchos, que todo giraba alrededor mío.
-No,
si te quedas con mi puesto hasta te lo agradezco, estoy cansado de esto…
simplemente se resolverá- aseguró.
-No
te entiendo, aún eres joven ¿ya lo vas a dejar? ¿Y de qué piensas vivir? Estás
en el mejor centro y resuelves todos los casos- objeté.
-Mira
Elisa- empezó,- el caso se resolverá y no es que tenga yo tanto talento… hay
otros factores y hay cosas más importantes que triunfar y estar unidos a los
mejores, porque ni los mejores son perfectos, yo me iría a otra parte y lo
haría ya mismo si no fuera que ahora estás tú y no sería justo dejarte sola en
esto- había mucha seriedad en sus ojos.
Yo
estaba confusa, no sabía si se estaba montando el numerito para que me diera
pena y bajara la guardia o de verdad aquello podía ser tan funesto como lo
presagiaba. Sin embargo a mí me seguía tirando mucho mi trabajo y deseaba ser
la mejor, lo quería todo y no me lo pensé mucho. “Quizás hasta sea una prueba
para ver si valgo” llegué a pensar.
Para
su desaliento lo leyó en mi cara, así que se resignó y tiró el cigarro.
Ahora
que te lo voy contando y lo recuerdo mucho, la verdad es que más claro ni más
alto me lo podían advertir, pero ya sabes el dicho “no hay peor ciego que el
que no quiere ver”.
Llevamos
lo poco que teníamos al centro de investigación y luego cada uno regresó a su
hogar, habiendo acabado por aquel día.
Aquella
noche me quedé dando vueltas en la cama empezando a despertar en el mundo real
y dándome cuenta que no era tan fácil como me suponía. Lo que no sabía es que a
partir de entonces no era más que la punta del iceberg.
Podría
pasarme horas intentando de explicarte mi desconcierto al verlo por la mañana,
me limitaré a contarte que es lo que pasó para que lo juzgues tú mismo.
-¿Ya
estás aquí? Y yo creyendo que había venido temprano, quería echarlo un vistazo
haber si hoy veíamos algo diferente y…- me quedé sin habla al ver que ya todo
estaba expuesto en la mesa y la pizarra y además resuelto.
Fotografías
del muerto donde se veían marcas de pistola en la cabeza que había sido
desapercibido por el pelo del hombre, alguien había apuntado al hombre antes de
suicidarlo. Más fotografías de que la cuerda que usó casaba con una que tenía
un vecino, fotos del vecino. El móvil del difunto donde había mensajes donde se
veía una relación íntima con el vecino, notitas extraídas de la basura que
ponía “acuérdate de que me tienes que devolver el bote de pastillas” y mucho
mas papeles donde se leían observaciones.
-Resulta que el hombre se llevaba muy bien con un
vecino suyo, los dos eran depresivos y el vecino, que ya ha perdido la cabeza y
lo van a ingresar le obligó a suicidarse diciéndole que así era la única forma
de dejar de verlo sufrir. Ya lo he interrogado, asegura que le hizo porque veía
en él un infierno y que la muerte sería un descanso- me informó David, absorto
en todo el material que había conseguido.
-¿Caso
cerrado?- pregunté, atónita.
-Si-
afirmó saliendo de la habitación.
-¡Eh!
Ayer esperaste a quitarme de en medio para resolverlo tú solito con esos “otros
factores”, yo creo que al final si quieres tu puesto de trabajo- acusé sin
miramientos.
Se
quedó observándome, indeciso. Algo que yo interpreté como remordimiento.
-Vine
antes para evitar que lo vieras… pero supongo que dado tu tozudez no voy a
poder impedirlo- lamentó. –Fíjate bien-.
“Fíjate
bien”, recuerdo con tanta nitidez aquellas palabras, el tono…todo, significaba
ahora o nunca. ¿Por qué no escuché la segunda opción? Espero que cuando te
termine de contar esto te sirva mis múltiples errores para que actúes tú mejor
que yo.
Inspeccioné
las fotografías, las notas… sin hallar nada, lo último que hice fue levantar
cabeza a la pizarra… podría haber empezado por ahí, no sé como David no me dijo
directamente “levanta la cabeza, niña”, porque emperrada en lo otro tardé lo
mío.
La
sombra
Lo
miré, incrédula.
-Él
o ella firma así… aún tienes tiempo para retirarte- suplicó.
-¿Es
“La sombra” quien resuelve los casos? ¿No son ustedes?-.
Voy
a intentarte reproducir cada una de sus palabras para asegurarme que entiendas
lo que fue y no lo que yo interpreté entonces.
-Cuando
empezamos éramos un equipo normal, unos antes, otros después, sin mucha
experiencia aún, unos casos si… otros no. De repente, un día, con un caso en el
que trabajábamos todo el equipo completo y no había por donde cogerlo… estaba
solucionado. Regresamos una mañana y estaba todo dispuesto para que sólo
saliéramos a buscar al asesino. Lo firmaba “La sombra”, al principio pensamos
que éramos uno de nosotros gastando una broma, pero a medida que se sucedían
los casos y veían que se resolvían en muy poco tiempo y de forma tan impecable…
comprendimos que ninguno de nosotros éramos capaces y que estábamos con
nuestras familias por las noches. “La sombra” viene por las noches y… no
sabemos como lo hace… a partir de entonces, hace ya cinco años, los resuelve
él… creo que ya nosotros estamos con un poco de falta de costumbre de hacer
nuestro trabajo. Parece que alguien lo encuentra divertido y es un genio…-.
-Y
altruista- añadí yo, recelosa.
0 comentarios:
Publicar un comentario