Subscribe:

Ads 468x60px

miércoles, 22 de julio de 2015

Buenos días querido lector:


Aquí tenemos la segunda parte:

Y así lo hizo ,
Lo empezó a entrenar duramente…no por ser su hijo tendría reparos en someterlo a las más duras pruebas para convertirlo en el mejor guerrero, de inocente cachorro a feroz tigre. Pues no debía de estar a la sombra y recuerdo de él cuando la muerte lo hubiese mandado a llamar, debía estar tan por encima que todo el Imperio Chino, incluso el emperador, olvidasen rápidamente que un día hubo un guardián fiel y valiente antes que su hijo…debería ser tan buen guerrero que hiciera que su maestro agachase la cabeza de su ignorancia y poca destreza en comparación a la adquirida ahora por él…
Esa sería la tranquilidad del general, y descanso, su único premio después de una vida entregada al servicio del emperador y China, la continuidad de la existencia del mundo que conocía, que el sol siguiera tardando todo un día en saludar el vasto reino del emperador.
Ello se convirtió en su sueño, en su obsesión hasta el delirio, tan dura consideraba la labor que encomendaba a su hijo que era necesario que se entrenase bajo durísimas pruebas ante las inclemencias del tiempo, sin comer o dormir, ni él ni ningún soldado o sabio chino sabía qué adversidad podía amenazar la vida del emperador, debía estar preparado ante cualquier circunstancia.
Así que cada amanecer y cada anochecer incrementaba la dureza de la preparación de su hijo, otros mandos chinos con respeto y palabras se dirigían al general y daban su humilde opinión:
-El hijo del mejor de los generales que recuerdan nuestros dioses es diestro soldado ya y temido en los reinos enemigos de China y de nuestro amado emperador-
Mas el general contestaba:
-No es ni más fuerte ni más hábil, ni más sabio o veloz como yo, ha de superarme y derrotarme para que esté preparado para relevarme antes de irme-
La esposa del general y madre del hijo clemencia pedía, viendo sufrir a su hijo en tan duro, incluso cruel, entrenamiento. Mas el general no escuchaba, así que ella derramaba las lágrimas de su hijo, y gritaba los alaridos de dolor que su hijo callaba.
He de nuevo, que los otros mandos chinos se acercaban al general, con igual respeto pero menos moderados, alarmados de las pruebas tan extremas que sometía el general a su hijo:
-El hijo del mejor de los generales que recuerdan nuestros dioses es diestro soldado ya y temido en los reinos enemigos de China y de nuestro amado emperador. Ya es más fuerte y más hábil, más sabio y más veloz. Ahora te ha superado y es hora de que finalice su preparación o el emperador se quedará sin guardián-
Pues ya se temía su muerte en dicho entrenamiento, tantas horas sin dormir, tantos días sin comer, si la sangre había de correr sin vergüenza por haber errado, esta corría sin pudor del general.
-Pero no me ha derrotado-
Replicaba el general, obstinado en su sueño, en su obsesión…hasta el delirio.
Dado que nadie era capaz de convencerle y el hijo callaba y obedecía como todo buen hijo chino ha de hacer, el emperador decidió mandarlo a llamar.
-Visto he que has elegido sucesor para mi protección y he de decirte que has sabido escoger, pues has pulido al mejor de los guerreros, tanto es así que ahora el aprendiz superó al maestro…mi pregunta es por qué no consideras finalizada tu labor-
El leal general se postró ante su amado emperador y humildemente contestó:
-Porque ha de estar dispuesto ante todo, como yo, en proteger vuestra vida. Y esto no es así, no ha vencido la última prueba-
-¿Qué prueba es esa que estimas que demuestra que estará dispuesto a todo con tal de salvar mi vida si así hiciera falta?-
-Derrotarme, en un combate a muerte, si es capaz de ello, nada le detendrá, su alteza es lo más importante, si no, todo el imperio chino se verá sumido en la oscuridad-
-Se niega a matar a su padre-
-Mi emperador, no se trata de eso, bien sabe mi hijo que la muerte hace tiempo reclama mi presencia en su mesa y ya está molesta de mi tardanza, es capaz, sólo que no tiene confianza de poder vencerme en combate-
-Respeto tu decisión pues, sólo cada maestro entiende por qué una lección y no otra, lo que no logro comprender si te ha superado como guerrero, que no tenga confianza de dicha verdad, tan evidente para todos-
-Tampoco para mí-
Y general se retiró.
El emperador, que aún era joven, no tenía la experimentada sabiduría de sus antecesores, sin embargo, eso no le impidió meditar medio día y media noche, para hallar la respuesta, conocía su guardian y tras ese tiempo de reflexión, halló la respuesta y volvió a mandar a llamar al general.
-Mi recuerdo de ti llega con mis primeras palabras pronunciadas, te conozco y sé por qué tu hijo no alberga confianza en sí mismo. De nada le ha servido que todos los soldados de China se inclinen para jurar que él es el mejor, ni siquiera si lo reconozco yo…sólo le valdrá de tus labios. Vuelve a combatir contra tu hijo, pero antes deberás decirle que lo amas y que confías en él…no te vayas de nuestro lado sin haber expresado qué es lo que sientes. Para tu hijo, ese será el mejor entrenamiento de todos que le hará implacable a la hora de protegerme-
El general se consternó ante la recomendación, pero era su emperador y le obedecería hasta si mandase que se quitara la vida delante de él.
Y el general cumplió con su hijo…
Y esta vez…
El hijo cumplió con su padre.
Ambos quedaron en paz.


Atentamente,

Elena Rojas

0 comentarios:

Publicar un comentario