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viernes, 30 de junio de 2017

La francesita: el comienzo de todo



Buenos días querido lector:

He aquí el origen del todo, si, las brujas de Zugarramurdi marcaron el más negro capítulo de la historia de las brujas en el norte de España, implicando hasta el mismo Inquisidor General, o incluso el rey. Pero para entonces la historia estaba muy empezada.

¿pero cómo comenzó si ni siquiera se conocía la palabra "bruja" en aquellos pueblos?



Esta es la historia de la entrañable “La Francesita”. Su nombre real, María de Ximildegui.
Esta chiquilla tenía padres franceses que vivieron en Zugarramurdi hasta que la joven cumplió los dieciséis años, momento en que se trasladan a vivir a Ciboure; un pueblo costero francés situado a tres leguas.
María volvió a Zugarramurdi con veinte años para servir mientras sus padres se quedaron en Ciboure.
Pero vivir cuatro años en el pueblo francés le permitió familiarizarse con algo que era del todo desconocido en los reinos españoles:
¡Brujas!
En Francia estalló la gran persecución contra las brujas. En Ciboure y el pueblo colindante (San Juan de la Luz) hubo una impresionante cacería brujeril instigada por Pierre de Lancre. Tal era el miedo que se tenía a los brujos que la gente se resguardaba por la noche en la Iglesia con vela encendida en mano. Esta gente temía ser llevada al aquelarre.
La propia María de Ximildegui, empezó a pasar noches en casa de una amiga y, después, a acompañarla a divertidos bailes en la playa durante la noche. Cuando se dio cuenta, asistía a asambleas de brujos a la orilla del mar bajo presencia del Demonio (según su testimonio).
Así permaneció durante año y medio hasta la Cuaresma de 1608. En esas fechas la joven decidió volver al Cristianismo y acudió al párroco, el sacerdote Hendaya. Le comunicó al clérigo que tenía miedo de las represalias de las brujas y que durante siete semanas había caído gravemente enferma, a borde de la muerte, debido al dolor y las figuraciones del castigo que le esperaba.
Convencido el sacerdote, pidió al Obispo de Bayona permiso para la absolución de la moza, que fue concedido en julio del mismo año. Así que María fue absuelta y se le dio comunión.
Tras esta experiencia de la cual claramente no fue consciente de la suerte que tuvo de no ser sometida a tortura o quema en la hoguera. Al regresar a Zugarramurdi, empezó a comentar con el populacho sus aventuras y peripecias con las brujas.
Así que la gente empezó a conocer a las brujas y hablar de ellas.
A temerlas.
A ponerles cara de sus vecinos.
A acusarlas.
María de Ximildegui llegó más allá. Empezó a señalar vecinos suyos afirmando que habían participado con ella en aquelarres, fue tal su donaire y encanto, su convicción y viveza; sus detalles en los relatos. Que la creyeron y así fue el comienzo de la etapa brujeril en los reinos españoles que desencadenó una auténtica fiebre y terror, persecución y castigo sin freno ni control.
El Tribunal de Logroño tomó cartas en el asunto y, en vez de acabar con la plaga de brujas se multiplicó y destapó un sinfín de aquelarres;  tal fue el escándalo que llegó al Consejo de la Suprema, interviniendo el mismísimo Inquisidor General:
Bernardo Sandoval y Rojas, protector de Alonso de Salazar de Frías.

Atentamente,                                                                                                   
Elena Rojas                     
                                                                 


miércoles, 21 de junio de 2017

La pervivencia de los Templarios tras su extinción: Portugal



Buenos días lector:

Vamos a aprovechar la parada que hicimos el otro día en Portugal para ver qué le ocurrió judíos tras ser expulsados de España para ver otro grupo cable en la historia portuguesa: si bien los judíos llenaban las arcas reales, los templarios continuaron su existencia en esta tierra tras su extinción y contribuyeron a los descubrimientos portugueses (no olvidemos que Portugal fue clave para la exploración de tierras nuevas, explorando la costa Africana y el Nuevo Mundo).

Después de la extinción de la Orden del Templo en 1312 tras la Bula Papal de Clemente V a petición del rey francés Felipe el Hermoso (si se están preguntando por qué se mandó acabar con ellos fue por sus riquezas, fueron grandes banqueros que reunieron fortunas que el rey francés codició para llenar sus arcas, no por herejes).

En Portugal, el rey Don Dinis, con gran habilidad creó la Orden del Cristo (única orden militar en esta tierra) en 1319, y las posesiones fueron transferidas. Su vigencia fue de 200 años y llevaron a cabo las expediciones de rodear la costa africana y llegar a la India. Su apogeo termina con la instauración de la Inquisición, la orden militante pasa primero a ser solo monástica y su poder queda neutralizado.

Hoy en día su legado es muy destacado e importante e incluso una atracción turística con rutas para visitar los castillos como el de Tomar
Atentamente,                                                                                                   
Elena Rojas                     
                                                                 


viernes, 9 de junio de 2017

Alonso de Salazar: el abogado de las brujas. Biografía.


Buenas tardes querido lector:


La biografía que prometí de un hombre excepcional con una vida excepcional


Alonso de Salazar Frías: nació en Burgos, en 1564, en una familia con trece hermanos.
Su padre era abogado y ejercía en Burgos propiamente; mientras que su madre era hija natural de un arcediano de la Catedral de la dicha ciudad y de una noble de Valladolid. Con que Alonso pertenecía a una estirpe de linaje.
A los veinte años obtuvo el grado de bachiller en Derecho Canónico y, en 1588, la licenciatura en Sigüenza. Ese mismo año se ordenó sacerdote y se puso al servicio del obispo de Jaén (don Francisco Sarmiento Mendoza). En 1590 era canónigo y, en 1595, albacea. Era el visitador general del obispo, con que, como las propias palabras de Salazar en su autobiografía:
“No había iglesia ni pila bautismal que no hubiera visitado”.
Su superior en Jaén pasó a ser Bernardo de Sandoval y Rojas (sobrino del Duque de Lerma, el valido de Felipe III). Este se convirtió en Inquisidor General y también en el Protector de Salazar, quien le nombró Agente y Procurador General de los Obispos Castellanos en Madrid.
Tuvo un pleito con el arzobispo de Granada, el cual ganó en dos años y, el Nuncio Papal, pudo comprobar su eficacia y perseverancia, maravillado.
Salazar ya demostraba no ser un hombre cualquiera ni permitir que ganase la injusticia.
Como si ya no fuera una meteórica carrera por parte de nuestro protagonista, ocupó el Tercer puesto de Inquisidor en el Tribunal de Logroño el 20 de junio de 1609. Su gran ambición cumplida:
Ser inquisidor.
Clave de su vida que le permitiría marcar un hito en la historia y cambiar el mecanismo de la Santa Inquisición Española.
Gustaba siempre de estudiar las propuestas y consultar los archivos y pruebas documentales antes de emitir un juicio.
Don Pedro del Castillo, obispo de Calahorra, le recordaría como uno de los eclesiásticos más brillantes de la Corte, querido y respetado, actuando siempre con decoro y tacto.
No pensemos que tras la experiencia de Logroño se detuvo, siguió con su labor infatigable de luchar contra la injusticia.
Fue a Granada pero regresó al Tribunal de Logroño, hasta 1618 que fue trasladado al de Murcia pero cuatro años más tarde regresa a Logroño como Inquisidor Mayor.
En 1628 fue ascendido a Fiscal de La Suprema y, en 1931, Consejero de La Suprema. Desde este puesto siempre alzó su voz contra lo que consideraba injusto y el paso de los años no mermaba sus fuerzas.
En 1632 denuncia al Inquisidor General por prometer cargos que aún no tenía vacantes y tuvo la osadía de escribir al mismísimo Felipe IV.
En 1635 fallece Salazar, en este año también moriría el Duque de Lerma y Lope de Vega.

Pérdida de grandes hombres en 1635.

¿Qué te ha parecido la vida de este hombre?

Atentamente,                                                                                                   
Elena Rojas                     
                                                                 




sábado, 3 de junio de 2017

La hora roja de Portugal: el bautizo judío y su masacre. Pasos previos a la Inquisición



Buenos días lector:

Hoy volveremos la cabeza atrás en la historia para recordar aquellos hechos que hoy no nos sentimos orgullosos por eso y quizás esa es la razón precisa por la que hay que refrescarlo. En artículos anteriores hemos viajado un poco más lejos para ver como era utilizada la brujería en países no europeos (como la India o Nueva Guinea) y; como no de la conocida Leyenda Negra de la Inquisición Española y su persecución contra los herejes. Si bien España se ha llevado la "mala fama", sabemos que países europeos como Alemania y Francia para nada se quedaron atrás en su persecución y su lista negra de gente inocente quemada en la hoguera.

Pero hoy nos vamos a parar en un país vecino cuya historia y conteo final no quedó tampoco atrás, especialmente unida a España, también tuvo una inquisición con una característica especial: se denominó Inquisición Portuguesa, independiente de Roma, siendo los dos únicos países que gozaron de este privilegio. Esta institución mandó a la hoguera cerca de 1183 y promulgó alrededor de 30000 sentencias, cifras escalofriantes si pensamos que estuvo en vigencia de 1536 a 1821.

Pero incluso antes de esto ya hubo emboscadas, bautizos forzosos, persecuciones masivas y masacres contra unos herejes muy especiales: los judíos.

Recordemos que los judíos fueron expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492 y muchos se refugiaron en el reino vecino, lo cual le vino de perlas ya que les cobraba impuestos a este pueblo conocido por su habilidad con los negocios, tanto fue así que cuando Isabel (hija de los Reyes Católicos) le exige a su  marido el Rey Manuel que expulse a los judíos de Portugal, el monarca sabía que sería la ruina para sus arcas.

De modo que dio lugar a un terrible suceso, el 5 de diciembre de 1506 se ordena la expulsión de los judíos y se prepara en el puerto de Lisboa su salida por una flota de barcos. Aproximadamente unas 20000 personas se reúnen en el puerto esperando los barcos que nunca llegarían pues el rey no les dejaría salir con su dinero.

Primeros, se cogieron a los niños a la fuerza arrancándolos de sus familias para entregárselos a los cristianos, luego desde las torres, los monjes lanzaron agua bendita mientras los judíos eran arrastrados a pilas bautismales para convertirlos a la fuerza y, de esta manera, acabar con el judaísmo en Portugal.

Si, se acabó el problema judío, pero empezó otro: el marranismo. Judíos convertidos conocidos como "cristianos nuevos" perseguidos por los "cristianos viejos" que les acusaban de herejes y de no practicar la fe católica. Tal era la tensión que desencadenó otro hecho más terrible aún:

En ese mismo año, en Lisboa se extendió la peste y la gente se agolpaba a las puertas de la iglesia, en la Iglesia de Santo Domingo se creyó ver una cruz iluminada, que los cristianos viejos interpretaron de milagro, uno de los cristianos nuevos alegó que le daba la luz de una ventana, lo que desató la inmediata cólera y, al grito de herejía, se empezó a perseguir a todos los judíos convertidos a la fuerza. Los cristianos viejos alentados por los curas persiguieron, apalearon, quemaron y mataron a hombres, mujeres y niños...cerca de 3000 personas en un día. 

Cuando el rey Manuel se enteró de lo ocurrido sentenció a muerto a 45 personas incluyendo dos dominicos y poco después se establece la Inquisición que continuaría la persecusión de todo aquel judío que practicara sus ritos a escondidas.

Una vez un compañero de facultar lanzó una sabia pregunta a la clase mientras veíamos la expulsión de los judíos a lo largo de la historia: ¿por qué siempre los judíos acaban siendo expulsados de todos lados? Fue contestada la pregunta: lejos de ser motivo religioso o ideológico la razón última, era puramente interés económico. Su fama de buenos negociantes y mercaderes, muchas veces era el único filón de oro de los que podían tirar los reyes para llenar sus arcas que ellos habían sido incapaces a la gente del propio reino no habían sabido hacer dinero con la misma habilidad que ellos. Como prueba tenemos siempre como requisitos de las expulsiones que los judíos debían dejar sus bienes y dineros antes de marcharse y, de quedarse, debían pagar tributos.

Atentamente,                                                                                                   
Elena Rojas                     
                                                                 

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